FUGITIVOS

Repollete y Princesita duermen en habitaciones separadas desde los 6 meses que se produjo entre ellos un "divorcio", decidimos que lo cómodo era cada uno en su habitación para evitar que se despertaran el uno al otro.
Dormir en la misma habitación es algo que de pequeños suele ser muy divertido y compartes muchas cosas, une y todo lo demás, de hecho yo siempre he tenido mi cuarto en mi casa y sin embargo siempre dormi en el cuarto de mi hermana hasta que ella se independizó y creo que eso crea grandes vínculos.
Sin embargo decidimos que cada uno en su cuarto almenos mientras están en la cuna, ya que dos cunas no me entran en la habitación.
Repollete duerme en una cuna grande que compramos con un cheque que nos regalaron los compis de trabajo de Papimelli y Princesita duerme en la que fué mi cuna de bebé, se trata de una cuna de metal, más bajita de lo normal y más bien pequeña, pero para ella perfecta.
Después de esta introducción que he hecho para poneros en situación procedo a contaros las fugas que se han producido en mi casa por parte de mis mellis.
Tenían 7 meses, Princesita ya se ponía de pié ella sola... ese día yo estaba trabajando, cuando de repente me llama Papimelli y me cuenta la película: Resulta que estaba él dando la merienda a Repollete, Princesita estaba en su cuna, de repente la escucha de cerca, se asoma al pasillo y se la encuentra en medio gateando toda feliz. Conclusión: se ha escapado de la cuna. Pregunta tonta: ¿como coño se ha escapado de la cuna?.
Princesita es muy menudita, delgada y larga como un día sin pan, resulta que al ponerse de pie en la cuna se iba deslizando el colchón y eso hizo que ella se escurriera entre el somier y los barrotes, cayendo de pie al suelo (hay muy poca altura porque la cuan es antigua) y huyendo pasillo adelante.
Cuando aquello sucedió empezamos a mirar soluciones para que mi querida Princesita no volviera a escaparse, sinceramente la altura no es mucha, pero conociéndola se que dentro de no mucho se va a lanzar ella solita de dentro hacia fuera y la cosa me preocupa y bastante.
Hace una semana tubimos otra fuga, pero esta vez conmigo presente, yo le estaba cambiando el pañal a Repollete, a mi lado tenía a Princesita dentro de la cuna de Repollete, pero yo le estaba dando la espalda asique no era muy consciente de que andaba haciendo. De repente se pone a llorar como una loca... me giro y se me heló la sangre... Estaba sentada en el sillón del ordenador que está junto a la cuna, no se si se lanzó, si quería coger un juguete y se colgó de los barrotes o que narices hizo, solo se que si no llega a ser porque calló en el sillón se me mata.
Princesita es muy inquieta, muy nerviosa y pánico me da lo intrépida que es, esta tarde en el parque se empeñó en subir el tobogán en dirección contraria, o trepar por unas especies de maderas que hay... en fin que me ha salido poco princesa la Princesita.
Pero hoy hemos tenido una tercera fuga, esta vez el protagonista ha sido Repollete. Se supone que estaba dormido la siesta y de repente le noto lloriquear, entro a la habitación y me lo encuentro de pié, en el suelo junto a la cuna. ¿Como narices llegó allí? no escuchamos ningún ruido, ni él tenía ningún golpe ni nada de nada.
Después de estas tres fugas creo que tendré que tomar medidas, estoy pensando en poner un colchón junto a cada cuna por si se tiran o caen, sigo sin saber como son capaces de saltar hacia fuera, supongo que otros muchos niños lo harán y que los míos no serán los raros asique admito ideas.
En el caso de Princesita he llegado a pensar hasta pasarla a la cama, pero daría igual porque con el nervio que tiene saltaría la barrera de seguridad o cualquier otra cosa.
Llega al punto de que si la meto en el parque noto como lo "escala" y prácticamente se sale sola, trepa a todos los lados con una facilidad increible y la veo tan frágil que me da la sensación que cualquier día tendremos un disgusto bien gordo.
Como solución he pensado en envolverla en papel de burbuja, pero seguro que le dura puesto cinco minutos...

FRASE DEL DÍA: El día peor empleado es aquél en que no se ha reído