miércoles, 30 de marzo de 2016

TIEMPO

Cuando tienes 20 años te quejas de que no tienes tiempo para nada, de que los días no te dan para todo lo que tienes que hacer cuando en realidad no haces nada, con nada me refiero a que yo con 20 años estudiaba y de poco más tenía que preocuparme, ir a la facultad, entregar los correspondientes trabajos y aprobar con mejor o peor nota... quedar con los amigos y disfrutar de la vida y muchas, muchas veces perder el tiempo... si, porque a veces uno pierde el tiempo delante de una tele o delante de un ordenador o mirando a la nada.
Cuando eres madre te das cuenta de que el tiempo es un tesoro, y si encima trabajas fuera de casa te das más cuenta aún de la importancia de ese tiempo.
Ahora que estoy sola con Repollete y Princesita me doy cuenta de la importancia del tiempo y de las muchas formas que tengo de perderlo u ocuparlo.... esto de que importa más la calidad del tiempo que empleas con tus hijos que la cantidad es en cierta forma real.
El año pasado solo veía a mis hijos los fines de semana, y era tiempo en el que me tiraba al suelo a jugar, a disfrutar de ellos y me olvidaba de lo demás.... elaboraba comidas que me llevaran menos tiempo y el tema orden y limpieza de la casa lo delegaba en Papimelli confiando que él lo hacía bien.... para mi lo importante era desde que llegaba el viernes hasta que me iba el domingo estar con y para mis hijos. Y estar implicaba escuchar cada palabra que me decían y jugar con ellos a cada cosa que surgiera.
Ahora que estoy sola con ellos me doy cuenta de que no trabajando y teniendo el día para ellos remoloneo más... con remolonear me refiero a que como ellos se entretienen solos y juntos yo me dedico a recoger, hacer la comida y demás y luego a ellos, que si me pillan tendiendo la lavadora igual no les escucho como debiera... y con escuchar me refiero a pararme, sentarme y atender a todo lo que dicen y a como lo dicen....
De eso me he dado cuenta hace unos días.... Repollete me sujeta la cara con las manos y me mira a los ojos, como demandando que le escuche y para asegurarse que le escucho se coloca a mi altura y me habla.... como diciéndote "oye para que esto es importante".... en estos meses sola con los dos me doy cuenta de que son muchas las veces en las que estoy liada con algo y no les presto la atención necesaria y que son muchas las ocasiones en las que me pierdo en lo que me están contando o les pido un ratito de tranquilidad...
Quizá sea lógico, estar sola con los dos y además en vacaciones de semana santa 24 horas con ellos es agotador... pero también se merecen su tiempo y su tiempo de calidad. Estoy acostumbrada a que por ejemplo por las mañanas me dejan hacer las tareas de casa porque ellos se ponen a jugar juntos y se entretienen.... me dejan a veces incluso estudiar un rato... cuando termino mis responsabilidades de adulta a veces estoy demasiado cansada para aguantar su ritmo.
Luego me doy cuenta de que el tiempo pasa demasiado deprisa, que dentro de nada dejarán de pedirme jugar al parchís o que haga un dibujo con ellos, y me da pena no tener fuerzas para seguirles el ritmo...
Mis pequeños crecen.... y crecen tan rápido que se me hacen mayores a cada segundo que los pierdo de vista....