viernes, 17 de febrero de 2017

SOBRE LA IRA Y LAS EMOCIONES

En los últimos años ha habido un incremento del casos de violencia producida entre padres e hijos, de hecho son cada vez más los padres que se animan a denunciar a sus hijos por episodios de agresión. Por trabajo he conocido a muchas de estas familias tanto víctimas de sus hijos como los hijos víctimas de sus padres. En todas detectas ira y sentimientos de rencor, llamadas de atención y situaciones muy mal gestionadas desde que los niños eran pequeños.
Quizá lo que más me llama la atención es ver a menores llenos de ira contra sus padres y contra el mundo siendo tratados en un psiquiatra y medicados, queda claro que si se hubiera intervenido antes con alguno de estos chavales no hubiéramos quizá llegado al extremo de la agresión.
La ira y la rabia son emociones primarias que tenemos todos los seres humanos, la mayoría tenemos capacidad para controlarla, pero en ocasiones este sentimiento se da de forma intensa en el tiempo y se expresa de forma inadecuada, yo puedo estar enfadada por muchas cosas, pero lo normal es que no lo exprese agrediendo a nadie.
Enfadarse es algo innato en el ser humano, los bebés manifiestan su enfado llorando para ser atendidos, los niños de dos años la manifiestan con rabietas y a partir de los 3 años lo normal es que el niño sepa expresar de peor o mejor forma su enfado con palabras. Tiene capacidad para decir lo que le pasa. Alrededor de los 6 años un niño se empieza a enfadar por otras cosas, ya es capaz de percibir algo que no es justo o tiene la capacidad de discriminar.
A pesar como he dicho de que es algo innato lo normal es que los adultos a través de la educación recibida tengan la capacidad de aprender a gestionar los enfados y la ira.
Un método que suele usarse para control de la ira es el  REPIENSE. 
R conocer que es lo que nos enfada, ¿Por qué estamos enfadados?
E Empatizar con los sentimientos de otra persona, ponernos en el lugar del otro, por ejemplo cuando los niños hacen una trastada es muy útil ponernos en su lugar y ver que solo son niños. 
P. Pensar sobre esa misma situación desde otras perspectivas…. 
I incluir mensajes yo, usar el yo para expresar lo que se siente “Yo estoy muy enfadada porque no has recogido tu habitación”.
E. Escuchar lo que dice la otra persona.
N notar las señales de enfado que nos envía el cuerpo.
SE sepa concentrarse en el presente.
 Como adultos tendríamos que tener la capacidad antes de enfadarnos y gritar a un niño de saber valorar por qué razón estamos tan enfadados, normalmente los padres solemos sacarnos de quicio simplemente porque no obedecen y no nos ponemos del lado del niño para entender que los niños por ejemplo tienen una capacidad de escucha limitada o que su mente no hace que vean como importantes cosas que para nuestra mente de adulto si lo son.
Igual que nosotros como adultos tenemos que tener la capacidad de controlar nuestra ira, también debemos enseñar eso mismo a los niños para que no se vuelvan tiranos o no acaben en casos extremos agrediéndonos a nosotros o a terceras personas.
Es útil enseñar a los niños a identificar las emociones desde pequeños, yo usé un libro que se llamaba “Nacho y las emociones” cuando eran pequeños, actualmente uso otro que se llama "EMOTICUENTOS: CUENTOS CORTOS PARA QUE ENTIENDAS TUS EMOCIONES", su autor es Pedro Mari García Franco. Basta una lectura del cuento que suele ser muy sencillo y luego comentar algunas cosas con el niño.
Además uso otro tanto con mis hijos como para trabajar con menores "CUENTOS PARA EDUCAR NIÑOS FELICES" su autora es Begoña Ibarrola y tiene la particularidad de que cada cuento tiene luego una ficha con recomendaciones para los padres sobre como abordar y trabajar el tema del cuento.
Además de enseñarles a identificar las emociones es útil que aprendan a reconocer las señales que envía nuestro cuerpo (o el de otra persona) cuando nos estamos enfadando.
Es importante también que aprendan que los sentimientos ante una situación como ira cuando alguien me quita algo se deben expresar con palabras y no con las manos agrediendo por ejemplo.
Ayudar a un niño a saber por qué se ha enfadado con otro o con nosotros es muy útil, acompañarle en su enfado y jamás restarle importancia al motivo de dicho enfado. Según crezcan se les puede acompañar en la búsqueda de soluciones ante un conflicto es decir enseñarles alternativas al enfado agresivo.
 Es sumamente importante que desde pequeños aprendamos "tolerancia a la frustración", aprendamos a respetar límites que nos ponen nuestros padres y sobretodo aprendamos a resolver situaciones de forma efectiva sin el uso de la agresión ni de la violencia.
Educar es un proceso largo y complicado y al final los adolescentes violentos simplemente no aprendieron a ser de otra forma, no se les puso límites o cuando se les puso simplemente era tarde para hacerlo.
Verbalizar con nuestros hijos "estoy enfadada por...." o "me ha molestado tal cosa..." ayuda a que ellos hagan lo mismo, y cuando todos explicamos como nos sentimos o lo que nos molesta de una forma tranquila y respetuosa todo fluye de otra forma.

domingo, 12 de febrero de 2017

NIÑOS Y CALIDAD DE VIDA

Hace unas semanas se levantó una gran polémica por los comentarios de Samantha Villar (periodista del programa 21 días y recientemente madre de mellizos) sobre lo duro que es ser madre y sobre todas las cosas que ha tenido que dejar atrás al serlo. En realidad acaba de publicar un libro y "nos lo han vendido" con esta frase cuando supongo que el libro dirá mucho más... pero si creas una polémica tendrás ventas aseguradas y posiblemente la pobre chica decía mucho más.
Cuando escucho a mujeres quejarse sobre la maternidad (si, hay más mujeres que Samantha que se quejan) pienso que son mujeres que quizá se lanzaron a ser madres porque tocaba y antes no habían vivido todas las etapas que se supone uno debe vivir... vamos mujeres jóvenes con poca experiencia o algunas que creían que los bebés son como los anuncios o otras que se quedan embarazadas "sin querer".
Todavía existen mujeres que tienen hijos porque toca o porque su pareja insiste y mujeres que el embarazo vino en un descuido, tengo amigas de los dos bandos y se toman el ser madres como un sacrificio, como un agobio, ven la infancia de sus hijos como una fase que desean pase rápido.
La mayoría de estas mujeres no se quejan abiertamente por miedo a ser censuradas, o criticadas y cuando se quejan es en uno de estos momentos de "ya no puedo más".
Antes de tener hijos hay que tenerlo claro, lo que implica y ser conscientes de que es un gran sacrificio y que es la prueba más grande a la que te vas a someter en tu vida. Antes de tener hijos procura haber hecho muchas de esas cosas que entiendes como importantes: salir, entrar, viajar, divertirte y vivir la vida loca. Si vas a ser madre joven que sepas que los años no vuelven y que puede que quieras hacer esas cosas tan importantes cuando tu hijo sea mayor... pero igual para entonces ya no tienes ni fuerzas, ni salud o puede que ni ganas.
La maternidad no es de color de rosa... yo misma me he quejado muchas veces de lo que implica. En mi caso antes de ser madre yo trabajaba y tenía una vida en la que en mi tiempo libre hacía lo que me daba la gana. Iba al baño yo sola y podía hacer cosas super importantes e interesantes que ahora no hago. Quizás antes era más egoísta, más pensar en mi y ahora menos. Y esa creo... es una parte importante de todo esto: cuando eres madre te cambian automáticamente los valores, las creencias y las prioridades y tú dejas de ser importante para centrarte en otra persona.
Llegar a esa conclusión no es fácil siempre, a algunas mujeres les cuesta más que a otras y quizá eso sea parte del problema. A muchas mujeres que no desean hijos las llaman egoístas cuando el verdadero egoísmo está muchas veces en desear ser madre.
Miles de razones te pueden llevar a querer ser madres, pero no es un acto generoso, es un acto agotador en muchos sentidos, educar es difícil, tener que dejar gran parte de tu vida por otra persona es difícil y querer seguir con tu vida mientras eres madre también es sumamente difícil.
Posiblemente Samantha no tenía ni pajolera idea de donde se metía... creería que ser madre es algo fácil que los bebés duermen como bebés y que siempre están limpios y sonrientes como en los anuncios, unido a que Samantha no ha tenido un bebé sino dos que esto ya es sumamente agotador.... ella que estaría acostumbrada a una vida diferente a la de muchas de nosotras: viajes, cenas, idas y venidas, trabajo..... se ve de repente con dos bebés metida en casa y esclava de la teta y los pañales y el mundo se le habrá caído encima alguna vez y ha querido reflejarlo en un libro.
Aunque por otro lado precisamente ella sería quien menos debiera quejarse teniendo en cuenta que tendrá quien le ayude en casa.... pero eso es otro asunto.
Total que ella se queja y un montón de mujeres ofendidas se le lanzan a la yugular diciéndole lo maravilloso que es ser madre y como ellas desde que lo son se han convertido en mejores personas aunque ahora estén todo el día en bata y zapatillas, griten un montón y se pasen días sin dormir.
Fenomenal... lo mismo tiene derecho una a decir una cosa que otras a decir lo contrario. Sin embargo queridas no olvidemos que es un libro, que posiblemente dice muchas más cosas que eso, que ella tiene derecho a quejarse, que hasta hace nada nadie absolutamente te contaba la cara B de la maternidad y que enfrentarte a la cruda realidad de repente es duro, muy duro.
Si eso paso ahora a la parte pastelosa, desde que soy madre no soy mejor persona ni nada... he descubierto que tengo poca paciencia, he descubierto partes de mi que no me gustan y otras que me han sorprendido. He dejado de ser tan egoísta aunque sigo deseando tener más tiempo para mi. He cambiado casi todas mis prioridades y otras sólo las he modificado un poco para que mis hijos sigan siendo lo más importante.
Mis hijos son mi vida y mi mundo, pero no pretendo que mi vida gire las 24 horas del día alrededor de ellos, he dejado de hacer cosas, pero ninguna importante, otras sólo las he retrasado como poder trabajar.
Dice Samanta que tener hijos es perder calidad de vida.... ¿y eso que significa? ¿es real? pues hombre ciertamente duermes menos, estás más estresado, económicamente se nota, socialmente también.... pero vamos que digo yo que alguien como ella de 41 años tenía que haberse imaginado esas cosas. Ella comenta que quiere contar la "maternidad de verdad", pero obviamente cuenta la maternidad según su verdad... cada una de nosotras podríamos contar la nuestra y serían todas diferentes.
A mi ser madre sólo me quitó de poder trabajar, sola aquí con el trabajo de Papimelli no era fácil y menos aún con dos bebés.... durante un tiempo solo lo hice cuando me compensaba por horario. Ahora he vuelto a hacerlo y ser madre lo complica todo un poco más... ¿Qué hacer lo días que no tienen cole? ¿Qué hacer los días que se ponen malos? ¿Qué narices voy a hacer en verano? intento cuadrar horarios laborales y calendario escolar y mientras lo hago lucho con los imprevistos ¿Qué hacer si un día Papimelli no llega a recogerlos?
Si, los niños se ponen malos, y con niños no puedes planear nada más allá de mañana, viajar con ellos es más complicado y los tacones con niños son incompatibles... pero digo yo que esto con 41 años se lo tenía que haber imaginado.
Me da la sensación de que ahora existe una especie de tendencia a hablar de lo negativo de la maternidad... como queriendo abrirle los ojos a todas esas "ingenuas" embarazadas que creen que ser madres es lo más...
Y como conclusión creo que muchas veces la forma de tomarnos la maternidad depende de las prioridades que tengas en la vida y tu capacidad para cambiarlas o modificarles y de tu grado de egocentrismo. Ser capaz de pensar en otros más que en ti es una habilidad sobretodo en esos días que solo pides un minuto para ti. Menos mal que ha venido Samantha a abrirnos los ojos.

jueves, 9 de febrero de 2017

LA OVODONACIÓN Y YO (II)

ESTA es la entrada más vista en los años que tiene el blog (seis y medio creo recordar), 39791 personas la han leído... y muchas han comentado, tantas como 205. (Creo que es también la entrada más comentada). Fue escrita en 2012 cuando mis hijos tenían dos años y desde entonces ha pasado mucho tiempo.
De hecho mis hijos tienen 6 años... y ya me veo con mayor capacidad para hablar de si en realidad o no me influye como madre el tener dos hijos cuyo origen es un óvulo donado.
Hace tiempo colaboré para un estudio que estaban haciendo en la
Universidad de Madrid, que luego culminó en un libro cuyo dossier me han enviado y que estoy leyendo sobre la revelación de los orígenes, la forma de hacerlo y los motivos para hacerlo o no, sobre la mayor o menor probabilidad de revelar los orígenes según el óvulo fuera donado o según lo fuera el esperma, de la lectura de ese libro me están sorprendiendo muchas cosas y ya os hablaré más detenidamente sobre ello.... la cosa es que cuando me entrevistaron para dicho libro me preguntaron que eran para mi los ORÍGENES... y di mi respuesta, pero creo que la misma es un cúmulo de contradicciones...
¿Qué son los orígenes? ¿Es realmente tan importante saber de donde venimos? ¿Será importante para mis hijos en un futuro saber cuáles son sus orígenes "reales"?
No se responder a esas preguntas, quizá si lo hiciera la respuesta daría para un montón de entradas y esto terminaría siendo aburrido....
En 2012 quedamos en que madre no es la que pare... no, porque en mi trabajo diario conozco a muchas madres que no se merecen que las llamen así, madres que abandonan a sus hijos, los maltratan o simplemente los ignoran. Madre tampoco es la que dona el material genético... a pesar de que éste determine muchas cosas de lo que somos y que determine también muchas de las enfermedades y patologías que padeceremos.
Mis hijos tienen muchas cosas que no se explicar... de su carácter, de su forma de desenvolverse, incluso de su físico... pero son cosas que no valoro como importantes. Después de 6 años sigo sin hacerlo, muchos de sus gestos son míos, sus expresiones y muchos de sus gustos y sus aficiones. Se de donde proviene la capacidad atlética de Princesita y se de donde proviene la sensibilidad de Repollete. Pero me sigue preocupando el tema salud... el no saber nada... el no saber que decir cuando me preguntan por los antecedentes médicos, bueno en realidad aquí no tengo que mentir porque su pediatra desde el primer momento sabe y tiene anotado en el historial que son de ovodonación.
No he ocultado la realidad a mis hijos, tampoco se la he dicho de forma explícita, saben que hay papás y mamás que tienen problemas para tener un bebé y saben que hay médicos que tienen que ayudarles para lograrlo. Saben que hay muchos tipos de familias y muchos orígenes diferentes, entienden lo  que es una adopción y escuchan cosas en casa con normalidad, las interiorizan  y cuando ellos quieran harán preguntas. No me asusta ni me preocupa, el vínculo de apego es bueno, la relación madre-hijos es perfecta y no supondrá mayor trauma.
El vínculo de apego con mis hijos es totalmente normal... no, el que sean de ovulo donado no ha implicado que los quiera menos ni que ellos me quieran menos a mi. Cuando uno acude a la ovodonación con conciencia de lo que hace y con deseo de ser madre no hay lugar a arrepentimientos. Aquello del duelo genético si acaso lo viví fue breve muy breve... y el vínculo de mis hijos es idéntico al de cualquier otra madre que me cruce por la calle... y me atrevo a decir que quizá más porque han sido muy deseados, muy esperados y fruto de un proceso complicado.
No, mis hijos no son raros, ni extraterrestres ni nada parecido, son dos niños normales, guapos que esto lo digo yo que soy su madre y tengo derecho a ser subjetiva si me apetece y además inteligentes, mucho... y eso que mi donante (la clínica dijo la verdad) no era universitaria... lo digo por aquellas que os estáis planteando cuál será el nivel cultural de vuestra donante.
¿Pienso alguna vez en que mis hijos son de ovo? no, nunca... más que nada porque tengo otras preocupaciones como que hagan los deberes, que se laven los dientes, ir al parque... su origen no es importante. No me acuerdo nunca de ese pequeño aspecto... quizá solo cuando escribo sobre ello en el blog.
Sobre los parecidos que es algo que a todas las que estáis en ello os ronda.... deciros que da igual a quien se parezcan, lo he dicho mil veces la gente tiende a encontrar parecidos donde no los hay, y al final uno puede creer cualquier cosa salvo que las clínicas vayan a buscarte alguien igualito a ti... no, eso no os lo creáis.
Pues eso mismo... que resumiendo mis hijos tienen seis años, son niños normales de esa edad que hacen todo lo que hacen los niños de seis años, yo les quiero igual que cualquier otra madre y a veces me entran ganas de estrangularlos... si, a pesar de ser de ovodonación tienen igual capacidad de desquiciarme que cualquier otro niño. Ellos me quieren igual que cualquier niño a su madre... y más teniendo en cuenta que están en esa edad en la que mami es la más guapa y la más lista.
Si, Repollete es igual a mi... en todo... aunque nos parezcamos igual que un huevo a una castaña.... y Princesita es tan diferente a mi que me resulta fascinante.

Si alguien que esté pasando por ovodonación o madres de ovo os interesa contarme vuestra experiencia para publicarla escribirme a cachorreteycalabacita@gmail.com


lunes, 6 de febrero de 2017

DE AUSENCIAS Y CAMBIOS

Llevo sin escribir desde hace ni se cuanto tiempo... la verdad es que he estado pasando por uno de esos momentos en que uno no sabe muy bien de que escribir sin caer en contar más de lo mismo una y otra vez.
Llevaba un tiempo pensando en dejar de hacerlo y luego me plantee hacer otro blog sobre lo que más me gusta que es el Trabajo Social, estuve cotilleando otros muchos blogs que hablan sobre esto y me pareció interesante iniciar una nueva aventura, pero luego pensé que a éste le tengo tanto cariño que me da pena dejarlo morir.... y siempre que estoy apunto de hacerlo sale alguien que me manda un mail diciéndome lo importante que es hablar de mi experiencia aunque sea cada mil años...
Este blog me ha dado muchas alegrías y he conocido a gente estupenda.... pero últimamente toda esa gente a la que me encantaba seguir y leer ha desaparecido... la blogosfera tal y como yo la conocí hace seis años no existe. Pocos blogs me siguen enganchando, poco o nada de tiempo para comentar y nada para escribir....
Pensé en borrar el blog o en dejarlo morir... pero luego pensé que lo bueno de un blog es que uno puede escribir sin pretensiones cuando le de la gana y simplemente no pasa nada.... y escribir es al fin y al cabo una forma de terapia... y dentro del anonimato mucho más. Escribes lo que te da la gana y años después te lees y te preguntas si esa persona que dejó escrito eso eres realmente tu. Pero esa es otra historia.
Ahora después de tanto tiempo sin escribir os pongo al día. Estoy trabajando de nuevo, después de un pequeño parón... y estoy trabajando en uno de esos sectores en los que siempre dije que no me gustaría trabajar: MENORES.
Pensé que sería muy duro ver niños en situaciones tremendas y que no podría con ello, pero me he dado cuenta de que estoy en uno de esos momentos de mi vida en que ésta es tan completa que tengo la capacidad de salir de trabajar, subirme en el coche y olvidarme de mi trabajo y eso cuando trabajas en determinados sectores es realmente una verdadera suerte.
Repollete y Princesita cumplieron en diciembre seis años, están enormes y muy cambiados. Princesita parece más tranquila, y si ella está tranquila todos estamos tranquilos, Repollete sigue siendo puro amor. Ahora los pobres "sufren" la reincorporación de mamá al trabajo, toca madrugadores y comedor... pero como siempre me lo están poniendo fácil, llego a casa agotada, pero feliz y encantada de levantarme e irme a trabajar aunque sea madrugando y a 90 km de casa.
Poco tiempo tengo para el blog la verdad... pero ahora si tengo muchas cosas de las que hablar... ¿SIGUE ALGUIEN AHÍ?