LAS COMPARACIONES SIEMPRE SON ODIOSAS...

Reconozco que hay una cosa que me crispa los nervios desde que soy madre, y es la típica conversación entre madres que suele iniciarse con una pregunta en principio nada maligna: ¿que tiempo tiene?, yo nunca hago la dichosa pregunta, es más cuando la respondo no suelo preguntar a mi interlocutora por su querubín, porque sinceramente me da igual...
Vosotros direís: "JO, que borde eres chati"... pues no, no soy borde, o puede que si un poco, pero esque ese tipo de conversaciones suele derivar a otro derroteros en donde si entras puedes salir damnificada por todos lados.
Ayer fuí a recoger a mi Repollete y mi Princesita a la guardería, y debo ser la mami más popular por esto de tener mellis y porque mi Princesita sale de la guardería saludando como si fuera la reina de España, en fín que todo el mundo me saluda por la calle y yo voy intuyendo que será la mami de algún nene.
Últimamente algunas de las mamis de niños que están en clase con los míos suelen iniciar conversaciones que tal y como he dicho al principio se inician con el típico ¿cuantos meses tienen?... y en cuanto respondo por educación, cortesía, o por no crear una impresión borde de mi misma se inicia la típica conversación en la que no faltan las preguntas:
-¿que tal te apañas con los dos
-¿que tal te duermen?
-¿que tal comen?
-¿Que pensaste cuando te enteraste de que eran dos?
-¿Tienes antecedentes de mellizos o gemelos?
Toda conversación que se precie con una mami de la guardería o mami del parque (a estas últimas si que puedo evitarlas) tiene que tener las anteriores preguntas, seguidas de una larga explicación por parte de la otra mami acerca de las maravillas que hace su bástago.
Además de las anteriores preguntas en dichas conversaciones suelen también incluirse los típicos comentarios:
-Que suerte niño y niña!
-A mi también me hubiera gustado tener mellizos...
A las mamis del parque ya os he contado que las evito, y que de momento andamos buscando parques donde no haya jaleo para que ellos puedan jugar tranquilamente sin miedo a que los derribe un balón o que otro niño los empuje.... a las que no puedo evitar es a las de la guardería.
No se, aveces creo que cuando te conviertes en madre inevitablemente te dan la potestad de presumir de absolutamente todo lo que hacen tus hijos.
Yo soy plenamente conscientes de que están altos para su edad, demasiado delgados, que comen genial, que duermen como lirones, que empezaron a andar muy pronto, que ya dicen cositas (Repollete, porque a Princesita no la sacamos de tatatata y nenenenene para todo), y no voy por ahí diciendo nada...
Ayer una mami esperando a que salieran los peques inició conversación: "¿Que tal te apañas con los dos?", "Pues mira bonita, unos días bien y otros mal"...
Cuando salieron mis peuqes los primeros exclamó un "Jo, que grandes están ya desde que no los veía"... y claro salió el suyo que va a clase con los míos y yo exclamé "Bueno, que el tuyo está enorme" (es algo así como el doble que los míos, ahí caí en la trampa de toda madre, porque iniciamos una conversación de lo más absurda sobre si el tuyo o los míos)
Al final concluimos que los niños crecen muy bien y mucho en casa ajena jajaja... ya ves a ella le sorprendía que Repollete pidiera agua con suma claridad y a mi me sorprendía la completa dentadura de su niño...
Cada uno es un mundo, cada niño tiene sus habilidades y su desarrollo, yo que tengo dos y muchas de vosotras estareís de acuerdo vaís viendo como uno hace tal cosa y él otro no tarda en hacerla, pero de verdad todos acaban haciendo las mismas cosas...
Esta mañana en el parque una madre me miraba sorprendida y me decía ¿ya andan tan bien?, pues hija si, andan desde diciembre... y entonces me veo en la dinámica de dar explicaciones y entrar en conversaciones que me aburren soporíferamente, pero entonces me doy cuenta de que ahora soy madre y que la mayoría de las veces mis conversaciones giran en torno a mis hijos, incluso cuando quiero evitarlo.
Hace unas semanas salimos de fiesta con unos amigos, y quisimos recordar viejos tiempos jugando al kinito (si, ya se grupo de treinteañeros jugando al kinito, suena algo friki) y estamos tan tranquilos y alguien me preguntó ¿que tal los niños? y entonces me vi lanzada a dar todo tipo de explicaciones sobre si están guapos, si crecen, si comen o si hacen cacotas tres veces al día, en ese punto sonreí y respondí con un PRECIOSOS y seguimos jugando al kinito....

FRASE DEL DÍA.
Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo, llega a no saber cuál es su cara y cuál es su careta.