PAPIMELLI

Papimelli es un buen padre… eso lo puedo decir alto y claro, se ha levantado todas y cada una de las veces que Repollete y Princesita lo han requerido por la noche. Ha cuidado de ellos cada vez que MisMellis ha necesitado una ratito para ella. Los baña cada noche y se ocupa de ellos cada vez que MisMellis está ocupada en el trabajo.

Papimelli quería ser padre y fue algo que siempre le dijo a MisMellis, que quería intentarlo, aunque fuera por no quedarse con las ganas de saber que hubiera pasado si no lo intentaban.

Papimelli tiene un toque infantil asique Repollete y Princesita lo pasan estupendamente cuando su papá inventa algún juego para ellos.

Lo conocí cuando yo tenía 17 años, típica historia: pandilla de chicos y pandilla de chicas se conocen de fiesta, se juntan y mezclan unos con otros y 14 años después solo Papimelli y MisMellis siguen juntos, el resto anda por el mundo dispersado…

Recuerdo de él lo tímido que era, lo rojo que se ponía cuando le hablaba, la forma que tenía de mirarme y como me trataba. Me hacía reír y eso para mi ya era bastante.

Mucha gente me pregunta como puedo llevar tanto tiempo con la misma persona, es cierto que las relaciones que comienzan siendo tan jóvenes acaban siendo relaciones inmaduras y en cuanto cada uno madura por su lado y descubren intereses contrapuestos lo normal es que cada un siga si camino.

Nosotros hemos sabido madurar y crecer al tiempo, somos opuestos, pero hemos intentado respetar la forma de vida del otro.

Cuando le conocí yo estaba en el instituto y el trabajaba en otra ciudad asique yo deseaba que llegaran los viernes para verlo, recuerdo que contaba minutos y segundos para estar con él.

Terminé el instituto y cuando me tocó decidir que quería estudiar tras unas dudas sobre que carrera y en que ciudad me decidí por irme a la ciudad donde él trabajaba, yo vivía en un piso de estudiantes y cuando nos apetecía se quedaba de ocupa conmigo.

Finalicé la carrera y me volví a mi ciudad, entonces vinieron unos años de esperar que a él le dieran destino para decidir a donde nos íbamos a vivir…

En todos estos años lo que más he valorado es que jamás se ha metido en nada de lo que he hecho, nunca me ha cuestionado, ha tenido gran paciencia, me ha ayudado siempre, ha sabido darme mi espacio para que no me sature con los mellis…

También hemos tenido momentos malos, momentos horribles… y nuestras crisis como todo el mundo, pero lo importante es tomarse estos momentos para coger impulso.

Me hubiera gustado ver su cara cuando le dije que estaba embarazada, y cuando le dije que eran dos, no tubo que ser fácil para él saber de esas cosas a miles de kilómetros.

La primera vez que vio a sus hijos fue a través de la Webcams, le enseñé una ecografía y le dije: Aquí tienes a tus hijos… y nunca olvidaré la cara que puso. Jamás olvidaré el beso que me dio mientras yo temblaba de miedo antes de entrar al quirófano para hacerme la cesárea.

Nos vaya mal o nos vaya bien en el futuro tendré siempre a Princesita que me lo recordará… porque ella es una copia de su papá, y Repollete también me recordará siempre a su papa. Papimelli me ha dado a mis dos tesoros y eso es el regalo más bonito que jamás ha podido darme.

Posdata: Papimelli se acercan las navidades y hay algunas cosas que quiero…