UN GORRO ROSA

Este verano está resultando bastante raro. Primero por el tiempo….. Hemos tenido que llegar a Agosto para tener días realmente veraniegos, Julio por aquí ha sido algo desastroso. Después con esto de encontrar trabajo sin buscarlo lejos de casa nos hemos tenido que instalar donde mi madre.
Este echo no es ningún drama para mis cachorros, han entendido perfectamente que estamos en casa de la abuela…. Los primeros días tenían la teoría de que mamá se iba a tomar café con la tía Ana…. Sería un café de siete horas pero bueno…. Ahora entienden que mami está trabajando y que durante la semana estamos en Ciudad de Donde Somos y el fin de semana nos vamos a Ciudad donde vivimos a estar con Papimelli.
Esta semana pasada y la que viene son diferentes porque Papimelli tiene unos días de permiso y estará con nosotros en Ciudad de Donde Somos, genial porque de esta forma descargamos un poco a mis padres y porque también así podemos hacer alguna cosa veraniega como ir a la piscina…. Si fuera por mi ya estaríamos en alguna playita estupenda, pero este año no podrá ser asique nos conformamos con piscinear un poco.
Debido al tiempo que hemos tenido y al cansancio con el que llego a casa no les he llevado en todo el verano más que un día a la piscina, asique el jueves decidí hacer un esfuerzo nada más llegar de trabajar, dije no a mi siesta y nos fuimos a la piscina.
Hacía años que no iba a la piscina en Ciudad de donde Somos, y lo primero que me sorprendió fue nada más llegar ver que todo el mundo iba con gorro…. Papimelli me preguntó: ¿oye hace falta gorro? Pues yo que se la verdad…. Y fue a preguntar, vino con un gorro de la mano y me dijo que si que era obligatorio y que solo había uno rosa.
Asique nos encontramos con dos niños de tres años en un piscina y un único gorro y además rosa…. A ver como le explicas a los niños que uno tiene que estar en la toalla mientras el otro juega divertido en el agua. Le dije a Papimelli que saliera aunque nos tocara volver a pagar la entrada y que fuera a comprar otro gorro para Repollete y él me dijo que no.
La vida es así…. Yo sacrifico mi siesta y me necesidad de descanso para ir a la piscina, pero él no es capaz de ir a comprar un puñetero gorro.
Al rato cuando nuestros hijos ya estaban como locos tirados en el césped le digo que vaya cosa más rara que siendo obligatorio el uso de gorros solo les vaya a quedar uno y de color rosa.
A lo que él responde: “no…. Si había más, pero yo me niego a comprarle a Repollete un gorro rosa”
¿Perdón? ¿Qué acabo de oír? O sea que prefieres que tu hijo de tres años esté penando por meterse en el agua para que se turne con su hermana por el único gorro (rosa por cierto) que tenemos en lugar de coger uno aunque sea rosa y plantárselo en la cabeza para tenerlo a remojo al mismo tiempo que a su hermana.
Pues no lo entiendo…. No entiendo esa fijación por el rosa cuando nuestro Repollete en casa tiene una pizarra a compartir rosa con su hermana y una mesa con sillas rosa también a compartir con su hermana…. No lo entiendo…. Me parece absurdo. O quizá sea por el echo de que en casa no lo ve nadie y en la piscina si…. Que alguien me lo explique.
Quizá todo parte de esa idea ancestral de todo hombre de que un día en le futuro podrá beber cervezas con su hijo varón mientras ve futbol y hablan de cosas de machotes.
Pues no….. mi Repollete no tiene ningún interés futbolístico…. Ni siquiera le gusta dar patadas a una pelota y por ponerse un gorro rosa no le va a pasar absolutamente nada, sobretodo a una edad en la que les da igual…. Ya empezaremos dentro de nada con lo prejuicios, pero de momento él no hace distinciones de lo que es para chico o para chica…. De echo le encanta ponerse las diademas de su hermana a modo de rambo en toda la cabeza.
Total que ante su indignante respuesta de “mi hijo no lleva un gorro rosa” me fui a la taquilla con Repollete a por un gorro…. El pobre iba con su monedita en la mano diciéndome: “mami quiero un gorro naranja” (Repollete lo quiere todo naranja) y yo le tuve que decir: no…. Solo los hay rosas, pero el rosa es un color bonito.
Él me miró con esos ojazos y me dijo: “Si, mami…. A mi también me gusta el rosa….. se parece un poquito al naranja”.
Y así fue como mi pobre Repollete terminó feliz de la vida con su gorro piscinero rosa remojándose con su hermana feliz de la vida…. Esto no le va a suponer ningún tipo de trauma ni nada parecido… de echo cuando eran bebés alguna vez tuve que ponerle un body rosa cuando él no tenía secos y no pasó nada…. Pero nada de nada…. Repollete se puso un gorro rosa y el mundo siguió girando, todas y cada una de las personas que estaban en la piscina siguieron con sus vidas y el bocata de chorizo estaba igual mente bueno que si el gorro hubiera sido de otro color.