CACHIVACHES I EL PARQUE INFANTILA

Desde que Repollete y Princesita empezaron a gatear los he dejado a su libre alberdrío ir y venir por toda la casa, primero pasaba la mopa e intentaba tenerlo bien limpito y luego los ponía por el suelo e iban y venían a su antojo. Empezaron a gatear muy pronto, quizá porque siempre estimulé que lo hicieran poniéndolos boca abajo, unido a que son inquietos y observadores por naturaleza, una vez que vieron que de pié el mundo era mejor se lanzaron a andar. Princesita se puso de pié con 7 meses, ya os conté que un día que la encontré de pié, sujeta a los barrotes de la cuna y ahí empecé a pensar que el día que la niña se lanzara a andar me faltarían ojos y manos para vigilarla, sobretodo porque es muy inquieta.
Ella con un año ya andaba toda decidida, a Repollete le costó un poco más, pero con 12 meses andaban los dos y ahí empezó mi pequeño suplicio.
Suplicio porque controlar a dos niños que empiezan a andar no es fácil, aveces necesitas un ratito para hacer algo y no puedes dejarlos solos, al principio utilizaba la cuna, los metía a los dos mientras yo por ejemplo hacía las camas o les calentaba la comida. Después vi que la cuna no era segura, porque estando los dos terminaban uno encima del otro, o mordiéndose o lo que fuera.
Mi prima me ofreció su parquecito, en un primer momento pensé que era un cachivache inútil con gemelos, que no podría tenerlos a los dos allí dentro sin que pasaran mil y una cosas, pero acepté su oferta.
Planté el parquecito en mitad del salón, he de decir que me fastidiaba un montón el espacio que ocupa, pero luego le encontré el punto. Es muy cómodo por ejemplo dejar a uno dentro jugando mientras bañas al otro los días que estás sola para hacerlo, es útil dejar a los dos mientras monto la silla y preparo las cosas antes de irme a la guardería, y es muy práctico dejar a uno jugando un rato mientras el otro hecha siesta.
La primera vez que metí allí dentro a Princesita se puso a berrear como niña poseída... imagino que se vería como en una prisión allí atrapada sin poder salir, pero ahora aguanta un ratito jugando, a Repollete la historia le gusta más, quizás porque él es más tranquilo y aguanta más rato quieto jugando a algo.
Es cierto que los expertos indican que los parques limitan mucho a los niños, que lo adecuado es dejarles ir y venir a su antojo y que exploren, un niño aprende mientras toquetea, juega, chupetea, explora y dentro de un parquecito estamos limitando su espacio y su visión del mundo.
Pero no estamos hablando de dejarlos allí dentro y olvidarnos de ellos, sino aprovechar ese ratito dentro para poder hacer lo que sea.
Si tubiera más espacio en casa hubiera puesto barreras en el salón y les habría hecho un espacio de juego más seguro, pero como no ha sido posible el parquecito ha sido mi salvación en momentos puntuales.
Es cierto que ahora uso más el pasillo, tengo un pasillo largo en casa y cierro todas las puertas y les dejo jugar allí prácticamente todo el día, ellos van y vienen y no corren peligro, pero el parquecito sigue siendo mi salvación en momentos puntuales, aunque evidentemente no está hecho para dos bebés.
El espacio es muy limitado, y por ejemplo debía evitar dejarlos a los dos juntos cuando estaban cansados porque terminaban pegándose uno al otro por aburrimiento o porque uno invadía el espacio vital del otro.
Ahora que su movilidad es mayor apenas lo uso y ha quedado más bien como "el lugar donde dejo los juguetes", lo pondré en venta o lo que sea.
Si tuviera que valorar la utilidad de un parque o decidir si comprarlo o no quizás no lo haría, creo que la utilidad que le he dado finalmente no compensa el precio que hay que pagar, asique es el objeto ideal para que te dejen o comprar de segunda mano. Es cierto que con dos niños te salva en determinados momentos, pero igual con uno no lo habría usado porque habría recurrido a dejarlo en la cuna o lo que fuera.
Creo que si los niños son muy inquietos como en mi caso no aguantan excesivo tiempo allí dentro, y solo sirve para dejarlos allí mientras por ejemplo tiendo la ropa o cojo el teléfono, porque al rato uno de los dos se pone a chillar o lo que sea, y donde mejor están los niños es en el suelo explorando, jugando y armando alguna travesura.

FRASE DEL DÍA.  Lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar.